Cuando divorciarse es lo mejor

Las relaciones sentimentales en muchos casos están repletas de mitos que en ocasiones llevan a las parejas a albergar expectativas que nada tienen que ver con la realidad. Si a esto le sumamos la rutina y los problemas cotidianos, en muchos casos desemboca en una creciente falta de interés y de ilusión. En ocasiones la situación tiene solución si desde el primer momento se ponen los pensamientos, emociones y sentimientos sobre la mesa, existe una voluntad común de arreglarlo. Cuando una pareja empieza a manifestar dificultades no se suele hablar de ello, y es la falta de comunicación lo que en la gran mayoría de casos desemboca en un divorcio.

Finalizar una relación no es nada sencillo, y el proceso debe ser tomado como un duelo que cada persona vive de manera diferente. En cualquier caso, es importante respetar la decisión tomada y llegar a un acuerdo con la expareja. Todo con el principal objetivo de evitar hacerse daño. Buscar apoyo en los seres queridos es clave.

A veces las cosas se complican cuando hay hijos menores de por medio. En estos casos es fundamental tratar de mantener una comunicación amable y fluida por el bien de ellos. Utilizar a los niños como arma arrojadiza o como herramienta para ejercer presión en la otra parte no tiene ningún sentido. También es importante no subestimar nunca la capacidad de comprensión de los menores ya que desde muy pequeños son capaces de percibir las emociones de sus padres.

Contar con el mejor abogado matrimonialista

Para hacer este proceso más llevadero es importante ponerse en manos del mejor abogado matrimonialista. En nuestro bufete contamos con los letrados más prestigiosos en divorcios y separaciones, con una amplia experiencia en el ámbito y que ofrecen un trato personal y cercano, de plena confianza.

Ante un divorcio pueden darse dos situaciones bien distintas. En primer lugar, que acuda uno de los cónyuges dispuesto a presentar una demanda de divorcio. Y, en segundo lugar, que sean ambos quienes acudan al abogado, de mutuo acuerdo.

En el primero de los casos, muchos cónyuges llegan hasta el despacho de abogados para informarse sobre el divorcio y las consecuencias legales de este proceso, pero no están convencidos al 100%.

En el segundo caso el divorcio es prácticamente irreversible ya que ambos cónyuges han llegado a un consenso y están dispuestos a establecer una serie de medidas para regularizar la ruptura. En el divorcio de mutuo acuerdo la función del abogado matrimonialista es la de asesorarles para que lleguen a acuerdos mutuamente beneficiosos tanto para ellos como para sus hijos: custodia, atribución de uso de la vivienda familiar, liquidación de gananciales, pensión de alimentos…

En el divorcio amistoso existe la mediación, y esto es algo que los cónyuges deben tener en cuenta. Cuando se interpone la demanda, el Juzgado remite a ambos una serie de entrevistas con psicólogos y asesores para alcanzar un acuerdo.

¿Qué conflictos se dan en un divorcio?

Sobre cuáles son los conflictos más comunes en un proceso de este tipo, generalmente son dos. Por un lado, la custodia de los hijos ya que lleva aparejada la atribución de la vivienda. Este es un tema especialmente delicado cuando los cónyuges siguen pagando la hipoteca ya que quien obtenga la custodia de los menores debe quedarse en la vivienda, y el otro tiene que abandonarla. Y, por otro lado, el reparto de bienes en régimen de gananciales.

En definitiva, desde y las consecuencias legales que implica. Es importante estar 100% seguro. Por supuesto, los hijos son lo más importante, así que hay que hacer todo lo posible para que sufran lo mínimo posible.

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